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La maestra de la laguna – Gloria Casañas

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Muchas veces entramos a una novela romántica con la idea preconcebida de encontrarnos cara a cara con los clichés de siempre, con esos amores contrariados que terminan bien aunque apenas seamos capaces de creernos lo que ha pasado, con seres contrapuestos que se aman y a pesar de sus diferencias siguen juntos, el chico rico y la niña pobre (o viceversa) que contra viento y marea prejuicios y familias mediante logra vivir ese idilio inolvidable por siempre jamás. Todo tan lejos de lo creíble como una alfombra mágica o una lámpara y un genio. A veces una mujer sometida  y un hombre que la rescata, otras veces a la inversa, mundos irreconciliables por donde se los mire. O bien suele pasar que la maldad pone palos en la rueda para que dos corazones sigan juntos y sin embargo esas almas gemelas vecen incluso lo imposible, lo increíble, lo indecible. 
No, lamento decepcionarlos pero en las historias de Gloria Casañas nada es inverosímil.  Nos encontramos de frente con personajes que bien podrían ser de carne y hueso y que si no fuera por el contexto histórico en el cual transcurren sus vidas, no nos sorprendería para nada encontrarnos con ellos a la vuelta de la esquina, en una parada de micros o en la cola del banco.


 

Gloria V. Casañas es argentina, nacida en Buenos Aires, ciudad en la que vivió siempre. Escribir es una actividad que la acompaña desde pequeña. Así fue acumulando poesías y cuentos que, de a poco, la llevaron hacia su género favorito, la novela. Siempre dividida entre la escritura y el estudio, Gloria se recibió de abogada en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, donde se desempeña como docente en la cátedra de Historia del Derecho Argentino, y satisface su otra vocación: la enseñanza. 
Pero a pesar de que todo encajaba a la perfección en la vida de esta mujer de sonrisa fácil, por algo que ella misma no puede explicarse como nos lo refiere en la portada de su página web: “Todo cuanto escribía permaneció en el más absoluto secreto hasta que, a raíz de su participación en foros de lectura, se atrevió a presentar la que fue su primera publicación, “En alas de la seducción”. A partir de esta novela, que fue muy bien recibida por los lectores, Gloria concentró sus esfuerzos en continuar por el camino que siempre había soñado recorrer, y volcó en sus libros tanto su interés por el pasado, como su amor por la naturaleza. 
Hoy ha hecho de aquella pasión temprana una profesión.”
La maestra de la laguna es su segundo éxito editorial sin mencionar la antología de cuentos que comparte con Cristina Bajo, Florencia Bonelli, María Border, Manuela Centeno, Gabriela Exilart, entre otras. La historia nos ofrece un fresco de la segunda mitad del siglo XIX que Gloria pinta con absoluta exquisitez y si bien muchos verán en ella huellas de su colega y amiga Florencia Bonelli, lo cierto es que sus historias se muestran a través de recursos propios, con un estilo que deslumbra y una magia a prueba de lectores suspicaces.
Elizabeth O'Connor, la protagonista de esta historia, es una de las maestras norteamericanas que Sarmiento trajo a la Argentina. Al llegar a esta tierras, Misely como la llamaran sus alumnos, no sospecha hasta qué punto ese viaje sobrepasa  sus expectativas y menos aún que en el nuevo continente la espera su destino final, como docente y como mujer. 
Valiente, culta y decidida, su sangre irlandesa es puesta a prueba más de una vez, tanto en la Gran Aldea que sigue siendo Buenos Aires como en las cercanías de una Mar Chiquita en ciernes que es donde está ambientad la mayor parte de la novela y donde el eco de los malones de los indios de Cafuncurá resuena agazapado detrás de esos médanos imponentes donde para Elizabeth  también se agazapa el amor. 
La joven maestra trae consigo la nueva enseñanza, pero ignora que en el rincón más austral de un Continente nuevo será ella quien más aprenda. Un puñado de indios despierta en la maestra de la laguna la certeza de que hay por aprender otras lecciones, mucho más duras que las de los libros. En una sociedad salvaje donde se sobrevive a punta de sufrimientos y  los códigos del amor son muy distintos a los de su Massachusetts natal,  Elizabeth O'Connor va dejando poco a poco sus remilgos para someterse a las exigencias de una realidad que no admite medias tintas. 
En un medio ambiente adverso y lejos de las comodidades que la vieran nacer tres hombres signan los días de la joven maestra. Un hombre que se oculta tras los médanos deseando olvidar su pasado, un heredero de hacienda que es todo un caballero correcto, galante, enamorado y un misterioso hombre que viajó en el mismo barco que ella y que guarda su verdadera identidad a buen recaudo.
¿Podrá una mujer educada en un modelo de sociedad tan diferente encontrar su camino? ¿Eligirá con el corazón o con la razón? ¿Su instinto de conservación la alertará de posibles daños? ¿Quién puede preservarla del sufrimiento?
Los interrogantes están planteados. La agilidad de la prosa y la sucesión de acciones que no se detienen sumergirán al lector en la intriga de desentrañar hasta donde los peligros de este mundo incivilizado y lejano harán tambalear  la solidez de Misely , una joven damita que tras un falda recatada y modales mansos esconde un carácter de hierro y una perseverancia de acero.
El arte es siempre la gran verdad de la naturaleza vista a través del entendimiento humano, decía  Auguste Rodin. Puedo aseverar sin temor a equivocarme,  y  aunque muchos no me acompañen, que en las obras de Gloria Casañas, la naturaleza (entendida como el medio ambiente e incluso como idiosincrasia de los personajes) se abre paso desde la razón y el entendimiento de sus personajes (algunos dogmáticos y hasta impenetrables otros más rústicos pero no menos sutiles y sensibles) y el resultado final es sin lugar a dudas una obra de arte.
Entendida como obra de arte la novela es fabulosa en cuanto a su versatilidad. No importa cuál sea el tratamiento que el autor decida, los resultados siempre serán re-crear la realidad y matizarla con ese condimento extra que las novelas históricas nos permiten  es un plus que apasiona a un sinfín de lectores que han hecho de la novela histórica un género aparte.
 En medio de un contexto real, en el género histórico,  la historia ficcional no puede menos que atraparnos. Sabemos que muchos de los personajes que se mencionaran como séquito de los actores centrales de una novela histórica, en su momento fueron los verdaderos protagonistas. Es el caso de Sarmiento en La maestra de la laguna. La verdadera protagonista es Elizabeth O’Connor pero Sarmiento está presente como ese pedestal férreo y pujante que apuntala un período de nuestra historia que no podemos desconocer. Como una hábil prestidigitadora de este género, la autora no despoja al primer maestro de esa idiosincrasia de hombre huraño sino que la une a un carisma y una templanza, a una pasión y una perseverancia como pocos hombres de nuestra historia tuvieron y nos devuelve un Domingo Faustino Sarmiento más cercano a la realidad que aquel que acostumbramos a ver en las láminas escolares. Concluimos en que Sarmiento ha sido todo lo que cada lector, de acuerdo a su comprensión de la historia y postura decida, pero nadie podrá negar que su presidencia elevó a la Argentina a la calidad de líder en el contexto de las repúblicas del mundo entero.
Gloria Casañas no se priva de manifestar su adhesión al primer maestro desde su dedicatoria y no escatima elogios para esas primeras maestras que Sarmiento trajo a la Argentina con, la revolucionaria (para ese entonces) visión de fundar una escuela Normal y parir maestras argentinas.
Sarmiento lo logró y Gloria Casañas también logra encumbrar la profesión del maestro y colocarla donde debe estar y para ello toma de la mano a su protagonista y nos la presenta como una de las mejor perfiladas dentro de su corpus literario. 
Respecto a ese corpus hay algo que llamará la atención del lector que siga desde el comienzo sus obras y es la intertextualidad de sus personajes. Los de esta novela serán  convidados especiales en las que siguen y muchos llegan desde las anteriores. Nos queda ir vorazmente hacia el resto de sus historias para conocer cómo se han ido completando sus vidas. 
Dentro del fascinante derrotero  del mundo que Gloria Casañas ha creado,  la historia como en la realidad no se detiene sino que rueda y rueda frete a nuestros ojos; de manera 	que como si de una fiesta se tratara, es bastante difícil salir una vez que aceptamos la invitación de entrar.

 

El amor siempre triunfa, es verdad, La maestra de la laguna se desliza ante nuestros ojos ajustándose a esa premisa, lo maravilloso es que Gloria Casañas tiene el tino de demostrarnos que nada es gratis y que todo gran amor con dolor se obtiene y solo con amor se mantiene.

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