La respuesta es el amor

Los temas literarios hacen referencia al contenido de la obra literaria, sin tener en cuenta el género. Es decir, los grandes temas, el amor, el odio, la muerte… de las obras literarias se tratan por igual en teatro, poesía, narrativa, etc. Se trata de un concepto similar al del “tema artístico” como en cualquier arte. Por tanto, al hablar de temas literarios nos referimos a los asuntos de los que tratan los poemas, novelas, obras de teatro, cuentos, etc.

Los temas literarios son en cierto modo abstractos, porque toman como base de su esencia un cierto universalismo; así se puede hablar de los temas del amor, de la muerte, de la vida, del paso del tiempo, de la guerra, del odio o de la avaricia, del viaje mítico o de la ira, por poner unos pocos ejemplos. Son temas presentes en todas las culturas, o en una gran mayoría de ellas, que los tratan de manera diferente, conforme a los valores y tradiciones de cada una de ellas.
Dicho de otro modo, los temas literarios son aquellos asuntos principales sobre los que gira la trama y que conducen, en último término, a los conflictos primarios ideados por el autor. El motivo suele ser concreto: la muerte heroica, el amor imposible, la vida ilusoria, el odio patológico, la avaricia extrema, la venganza, etc.
Si tomamos el amor, por ejemplo, es una gran palabra, un gran concepto, un tema muy amplio y como tal se amplía hasta hacerlo difícil de visualizar, a veces o casi siempre está incluido en casi toda la temática aleatoria que gira a su alrededor. El odio tiene que ver con el amor, la venganza tiene que ver con el amor (propio y ajeno), la avaricia, si hilamos fino tiene que ver con el amor, un amor exacerbado y patológico es verdad pero psicológicamente la avaricia tiene que ver con el amor, que en lugar de sentir por uno mismo se traslada a los bienes materiales (al dinero, a los autos suntuosos, etc.). Pero si pensamos en amores cotidianos, entonces vamos poniendo el foco sobre asuntos más mundanos y, por tanto, más cercanos a los sentimientos amorosos. A un escritor le sería muy difícil hablar del amor en general, pero si piensa en dos personajes concretos, una madre y su hija, por ejemplo, ya puede imaginar un cierto tipo de amor, y reflejarlo con palabras en su novela, cuento o poema.

La vida es una pregunta, el amor es la respuesta, he leído por ahí y perdón por no citar la fuente pero mi memoria la olvidó. El amor en la literatura no hace sino buscar, intentar, tantear alguna de esas respuestas.

El amor ha sido y es motivo constante de la creación literaria, así como también de muchas otras manifestaciones artísticas. Lo encontramos tanto en mitos y leyendas de la antigüedad, como en obras literarias contemporáneas; en expresiones musicales, pictóricas y escultóricas de distintas épocas, como en textos filosóficos, en películas, teleseries, en las letras de canciones, en fin, en múltiples y diversos productos de la cultura.

Como figura mítica, Eros y Cupido aportan algunos de los símbolos con los que se sigue aludiendo al amor: arcos, flechas, ojos vendados, dardos, antorchas con los que el travieso niño inflama el corazón de los mortales. Eros era el dios responsable de la lujuria, el amor y el sexo, y era también venerado como un dios de la fertilidad. Su nombre es la raíz de palabras tales como erotismo. Su equivalente romano era Cupido (“deseo”), también conocido como Amor. Se le asocia frecuentemente con Afrodita, la diosa del amor, el sexo y la belleza. Claro que la palabra Amor no siempre ni solamente hace referencia a una relación de pareja y quizás por eso hallar las respuestas de que hablaba más arriba, quizás el tratamiento más amplio del Amor requiera muchas más páginas. Sin embargo, intentemos desde nuestro humilde lugar hallar en el tratamiento literario de este tema, algunas de las respuestas que la literatura supo hallar o lo que es mejor aún, algunas de las respuestas con que la literatura amplió aún más nuestro panorama de búsqueda. Limitados a lo que la literatura nos dio y nos da, nos centraremos en el Amor como relación con el otro sexo. Y esa relación llega de la mano de los conflictos que se presentan.

Amor imposible: Se refiere al amor que no puede concretarse por situaciones externas que lo condicionan. “Tristán e Isolda”, es quizás la obra más representativa y más añeja sobre este conflicto. Es una leyenda de la antigua Bretaña, que cuenta la historia de amor entre un joven llamado Tristán y una princesa irlandesa llamada Isolda. Isolda muere de amor. Se extingue en lo físico para unirse en lo espiritual con Tristán.El final de la historia es angustiante para los más terrenales y esperanzador para aquellos que creen en el más allá.
Muchos habrán leído o al menos escuchado nombrar: “Las desventuras del joven Werther”, es una novela epistolar semi autobiográfica de Johann Wolfgang von Goethe. El principal personaje de la novela, Werther, es un joven de carácter sensible y pasional que se enamora perdidamente de Charlotte, una mujer que se halla comprometida a otro hombre.
“El amor en los tiempos del cólera”,
para mí la mejor novela deGabriel García Márquez, que me perdonen los defensores de “Cien años de soledad”. En “El perfume” de Patrick Süskind, la búsqueda del amor flota en cada aroma que se desprende de sus maravillosas páginas y no solo porque el objeto del amor se hace inalcanzable sino por lo imposible que en definitiva resulta para el protagonista que alguien lo ame.

Amor idealizado: Amor perfecto e inalcanzable donde no hay contacto carnal. En él se hace alusión a aquellas relaciones amorosas que se conciben como vía legítima para aproximarse a la belleza, al bien o a Dios, es decir, a la felicidad y así trascender dentro de esta concepción, el ser amado se entiende como un bello y noble ser de devoción y culto. La idealización se genera sobre cómo debe ser el amor, cómo debe ser el ser amado. Ejemplo de este tipo son “El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha” de Miguel de Cervantes Saavedra aunque el Amor no es el único tema de esta monumental novela y el Amor no solo se refiere al sexo opuesto. A lo largo de toda la obra El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, se observa en el protagonista una actitud romántica hacia los ideales medievales que contrasta notablemente con el pensamiento renacentista de la época. Su sentido del honor y su amor idealizado, característicos de cualquier caballero andante, provocan las risas en cualquier personaje coetáneo. No obstante, aunque don Quijote parezca un demente extravagante, es un personaje que intenta defender unos valores, que aunque parezcan anticuados, defienden al ser humano como persona noble que es por naturaleza. Porque… ¿Quién está más loco, aquél que defiende sus derechos y sus ideales por encima de todo lo demás o quién deja que jueguen con sus libertades y se adapta a la situación por muy opresiva que sea?

Amor platónico: Ni más ni menos, una mirada que no solo pertenece al período romántico de la literatura. “Al sur de la frontera, al oeste del sol”, del prolífico y eterno candidato al NobelHaruki Murakami, narra el encuentro casual de Hajime con Shimamoto, su antiguo amor platónico y hace que la protagonista se replantee toda su vida y descubra que su verdadera felicidad duró solamente diez segundos.

Amor tirano: El amor se asocia con la libertad, en este sentido, el amor tirano es aquel que priva a un ser de su libertad. Ejemplo de esta categoría es la obra de Henrik Ibsen, “Casa de muñecas”. Escrito en 1879, en Noruega, un lugar donde la sociedad era totalmente machista, al igual que en el resto de Europa. Henrik Ibsen, consciente de este hecho dice: “Nuestra sociedad es masculina, y hasta que no entre en ella la mujer no será humana”. Y así escribe esta obra de teatro que tiene como protagonista una figura femenina. La obra fue un escándalo para la sociedad y una revolución para las mujeres de la época, quienes tomaron a Nora como un modelo de mujer moderna y libre. “Casa de muñecas”, puede considerarse uno de los primeros libros feministas escritos por un hombre que fue una revolución para la sociedad y cuya protagonista: Nora se convirtió en un modelo a seguir.
Rebeca” fue la tercera novela publicada por la novelista inglesa Daphne Du Maurier. La historia comienza muy bien, todo es perfecto hasta que la memoria de la fallecida Rebecca hace mella en el matrimonio y aún muerta se convierte en la tirana de esta relación.

Amor sensual: Implica pasión amorosa; relaciones en las que la atracción física y el goce de la belleza corporal estimula el sentimiento. También se entiende por esto la posesión y unión física de los amantes. Sus características se manifiestan en la implicación del anhelo de fusión completa con la otra persona, su exclusividad, y en ciertas ocasiones, en expresar formas de amor engañosas. Hay títulos que es imposible obviar: el “Decamerón” de Giovanni Boccaccio, los “Cuentos de Canterbury” de Geoffrey Chaucer. Si avanzamos raudamente en el tiempo nos encontramos en la primera mitad del siglo XX con “El amante de Lady Chatterley” de D. H. Lawrence que narra el descenso al adulterio de una mujer con un sirviente durante la ausencia de su marido en el frente de batalla durante la Primera Guerra Mundial. Otro autor controvertido de inicios del siglo XX es Henry Miller, con sus obras “Trópico de Cáncer” y “Trópico de Capricornio”, prohibidas en múltiples países. A finales del siglo XX los libros eróticos narrados a modo de autobiografía femenina cobran cierta fama. “Las edades de Lulú”​ de Almudena Grandes, la controvertida “Cien Cepilladas antes de Dormir” de Melissa Panarello ​ o “Diario de una ninfómana” de Valérie Tasso, son algunos ejemplos. En pleno siglo XXI la literatura erótica ha desvirtuado quizás la esencia del goce y de la sensualidad traspasando en muchos casos la delgada línea entre sensualidad y pornografía. “50 sombras de Grey” de E. L. James, es el primer tomo de una trilogía que describe la relación entre una recién graduada de la universidad, Anastasia Steele, y el joven magnate de negocios Christian Grey y es quizás el ejemplo más difundido y conocido de esta tergiversación moderna de la sensualidad.

Amor trágico: Se caracteriza por la fatalidad de un amor irreprimible y prohibido. Los personajes se entregan a fuerzas superiores a las cuales no pueden resistirse. La pareja es presa de los juegos del destino y no pueden ir en contra de él. El destino trágico, las familias rivales, la soledad y muerte son elementos recurrentes. El ejemplo por antonomasia de este tipo de amor es “Romeo y Julieta” de William Shakespeare. Pasión, odio y muerte son los temas que envuelven esta historia con el fin de reflexionar acerca del perdón y darse cuenta que el amor supera cualquier obstáculo. “La dama de las Camelias” de Alejandro Dumas, para quien no la ha leído baste con decir que la historia comienza con los funerales de Margarita Gautier, protagonista de la obra. “Anna Karenina”, de León Tolstói, es un buen ejemplo también del amor trágico.
Actualmente, la definición de amor en nuestra sociedad no va acompañada con el romanticismo, por ello, es difícil comprender cómo el cariño puro y verdadero, la pasión y la alegría pueden aparecer en este amor a primera vista entre Romeo y Julieta. Lo que si acompaña a esta sociedad del presente respecto al amor es la tragedia y quizás por eso pululan las historias de este tipo, y tal vez por la gran cantidad de corazones rotos que siembra la contemporaneidad, este tipo de novelas nos regalan un momento de catarsis donde nos percatamos que la experiencia de nuestro corazón herido es menor en comparación a lo vivido por sus protagonistas. “El cuaderno de Noah” de Nocholas Sparks, “Bajo la misma estrella” de John Green, “Posdata: te amo”, de Cecelia Ahern, “Los puentes de Madison”, de Robert James Waller. Y la lista podría eternizarse porque pareciera que sufrir es la paradoja de lo que se busca con el Amor de pareja, que en realidad es más bien gozar, disfrutar, compartir y ver el mundo pintarse de rosa.

La vida es una pregunta, el Amor es la respuesta. Este artículo fue destinado al Amor de pareja, pero el Amor es una palabra tan poderosa y eficaz como potente y audaz, tan efímera parece enunciada con sus cinco letras y es sin embargo tan amplia y profunda, que un solo artículo no alcanza para contarles que vayas donde vayas, si solo dejas abiertos los ojos del alma, encontrarás la respuesta a tu vida: el Amor.


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