El asesino entre el centeno

“Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde nací, cómo fue todo ese rollo de mi infancia, qué hacían mis padres antes de tenerme a mí, y demás puñetas estilo David Copperfield, pero no tengo ganas de contarles nada de eso. Primero porque es una lata, y, segundo, porque a mis padres les daría un ataque si yo me pusiera aquí a hablarles de su vida privada.”

Así comienza “El Guardián entre el centeno” de J. P. Salinger, un autor tan enigmático, como enigmático es este libro, que así como ha conseguido conquistar a tantos lectores, también ha llegado a inspirar algunas mentes criminales.

Desde su publicación en 1951, la novela, se ha convertido en un referente ineludible a la hora de describir a los adolescentes. Su protagonista Holden Caulfield no desprecia a los adultos como podría pensarse de cualquier adolescente, lo que sí odia es la hipocresía y la falsedad que viene ligada al mundo adulto.
Cree que la gente acepta sin más la falsedad porque no pueden distinguirla de la verdad. Holden  se siente  superior a la gente adulta porque puede distinguir entre una y otra, y por eso mismo, se siente llamado a proteger a los niños de ese doble mensaje de los adultos.
¿Es un cínico?, ¿un  inadaptado? Es probable que ambas cosas pero también es un adolescente en medio de una sociedad que fagocita los mejores valores del ser humano y es dentro de esa sociedad donde un niño deviene adulto tratando de sobrevivir, a veces muriendo en el intento. Muriendo o matando a ese niño para transitar el período caótico que es la adolescencia y aterrizar en un mundo tan distinto, tan ajeno que a veces muchos se ven obligados a torcer el resto del camino y que luego es difícil volver a enderezar. Podríamos pensar que en los asesinos en potencia, cuando aún no han cometido su crimen, ese camino se ha torcido. Entonces ellos sienten que es imposible enderezarlo a menos que quiten de en medio aquello que lo tuerce y para hacerlo, emprenden un camino quizás sin retorno: el del crimen.
El protagonista de la obra Holden Caulfield es un personaje controvertido que puede posicionarnos en la misma vereda que la de un adolescente y sentir la soledad, tanto físicamente mientras vaga por una nueva ciudad, como espiritualmente cuando accedemos a conectarnos con sus sentimientos. Pero si esta lectura cae en manos de alguien que ha torcido su camino ¿Qué sucede?…

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